El gigante estadounidense de los automóviles, la histórica industria Ford, anunció hoy el cierre a finales de 2014 de su planta en Genk, al este de Bélgica, en la que trabajan 4.300 empleados. ¿El motivo? El mismo por el que cierra tantas empresas: la deslocalización. La compañía ha decidido trasladar su industria a Valencia, donde estiman que sus márgenes de beneficio podrán ser mayores.
La planta belga todavía ensamblará coches en 2013 hasta que concluya el ciclo de fabricación, y después llevará la producción de los modelos Mondeo, S-Max y Galaxy a la planta de Almussafes en Valencia, indicó el representante del sindicato FGTB, Rohnny Champagne. También explicó que "el cierre de la factoría podría tener lugar a finales de 2013 o principios de 2014, dependiendo del tiempo que sea necesario para concluir la última cadena de ensamblaje prevista".