29 ene 2013

Algunas lecciones aprendidas después de 800 CVs

Algunos empleadores se han molestado
La mayoría me han ignorado. Yo también creo que nos merecemos una respuesta. Alguno me ha respondido agresivamente pero alguno parece que se ha leído mi CV. Debe ser uno de esos el que me ha dicho que le concretara qué le ofrecía para su negocio.

Debería de haber hecho más amigos
Cuando te quedas en paro los contactos que sirven son los amigos que hiciste antes, en el trabajo. A muchos he contado mi situación. Para mi sorpresa están respondiendo mejor algunos con los que nunca intimé pero saben cómo trabajaba. Los que creas desde el paro y desde Linkedin, antes de que se te acabe el cupo que dan, poca cosa.

Los parados no somos los reyes de nada
No sé cómo pero entre unos y otros estamos tejiendo una red de silencio y conmiseración hacia el parado. Hay mucha desgracia detrás de cada parado pero también detrás de cada empleador. A veces sólo queremos ver las nuestras.

En esto del trabajo estamos en pelotas
Algunos jugamos la carta de la fidelidad y dimos el todo por el todo por la empresa. Ahora resulta que era un asunto sólo mío, ni de mi jefe, que también está en el paro, ni de mi empresario, que ahora se dedica a sus otros negocios.

Tengo que ser bueno en algo
Hacer el trabajo sucio o limpio de tu jefe no vende, aunque sea fuera de horario. En las entrevistas me hablan de lo que me hablaron en las entrevistas de anteriores trabajos, algo que sigo sin ver. Intento creérmelo. Hacerse hueco en un sitio ya no renta, no sabes cuánto te va a durar. La carta de la profesionalidad y no decir que sí a todo puede ser mejor receta para conseguir el siguiente trabajo.

Visibilidad, visibilidad. Lo he entendido tarde
Visibilidad del trabajo y en el trabajo, es de lo que hablo. Donde se enteren y si no se enteran, ya me encargaré yo de difundirme. Se siguen atribuyendo ideas mías, pero cada vez menos. Lo del trabajo callado, se acabó. Es lo que me voy a llevar al siguiente trabajo.

Mis cómplices, los verdaderos, fuera
Esto es una carrera de fondo. En cada empresa, una lucha de intereses locales. Al final, trabajamos para un sector. Hoy aquí y mañana para otro. Nos vamos y nos echan. Las fidelidades, con uno mismo, con la profesión y con mis socios, los de verdad.

No tengo más que mis resultados y mis usuarios
De todo el ruido que oigo, al final estoy sólo con los resultados que puedo documentar y los usuarios que tuvieron una buena experiencia conmigo. Muy pocos empleadores leen y yo tampoco tengo ganas de dedicarme a la literatura. Las referencias siguen siendo ocultas. Linkedin no se lo cree nadie.

Mi sector es mi listín de teléfonos
Si tengo que ir al anuncio es que no cuentan conmigo. Algo estoy haciendo mal. O mis resultados o la experiencia de mis usuarios. Más tareas para mi gestión.

Mi trabajo es mi negocio
Primero iba a hacer bien el trabajo. Luego a socializar con mi grupo. Luego a estar. Luego a la calle. Luego a pedir. Luego a ofrecer.

Ahora soy empresario
Moverme sin entender los negocios aparente y real de los participantes en el sector era puro masoquismo. Sigo dándole vueltas a eso de la ‘oferta de valor’.

Continuará
Si no, estamos arreglados.

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